(Por Clara Razu (*)) La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios.
Más allá de sutilezas teóricas, en definitiva todos sabemos de qué estamos hablando.
Si bien hay coincidencia en su definición, a la hora de definir las políticas antiinflacionarias no hay acuerdo. Eso sucede porque la inflación como todo fenómeno económico es un fenómeno social y por lo tanto multicausal. Sin embargo, existen algunos que aún y a pesar de nuestra historia siguen adjudicando el fenómeno a la “emisión monetaria”.
Al aumentar el producto, o sea el valor de la producción generado en un país o región durante un período determinado, aumenta la demanda agregada (todos los bienes y servicios producidos son demandados por quienes intervenimos en el proceso), esa demanda agregada, se refleja en un aumento del flujo monetario…o sea el dinero que circula es consecuencia de ese aumento y no causa.
Qué significa esto; todos los que trabajan, producen, y gastan su dinero dentro del circuito económico. Quienes toman la demanda agregada como causa, solo consideran su disminución para contrarrestar la inflación, o sea, el ajuste, vía disminución de la misma, o sea menor producto, menor empleo, menos dinero. Los más “progresistas”, proponen la apertura de la economía para que “la competencia” genere la disminución de los precios internos. Este es el modelo chileno, donde no existe estructura industrial y generación de valor agregado. Por otro lado fue el argumento de Martinez de Hoz y Cavallo, retomado hoy.
También la política de retenciones servía para controlar el precio de los alimentos. Ya que trata de equiparar los precios internacionales con los internos…
Otra teoría propone “disminuir los costos” ¿Cuáles? ¿Los laborales? No toman en cuenta ni los costos financieros, ni los márgenes de rentabilidad. O sea en definitiva la demanda agregada disminuiría por la menor capacidad de consumo. Y este es el punto, la inflación disminuye porque disminuye la demanda agregada, la actividad económica, el valor de la producción. Esta disminución genera el aumento del desempleo. En definitiva el desempleo es el “dique de contención de la inflación”. Esto lo decía William Phillips en 1958…y se conoce como “La curva de Phillips”. La misma contrasta inflación y desempleo. Para mantener baja la tasa de inflación, hay que asumir la “tasa natural de desempleo”, la disminución del desempleo se “paga” con inflació, algo así como “sacrifiquemos empleo para bajar la inflación”.
Surgen tres preguntas claves:
1-¿Cuál es la “tasa de desempleo natural”?
2- A la pobreza cero, ¿se llega a través de esta política económica?
3- ¿Deberemos asumir con “naturalidad” y “alegría”, que el desempleo y la miseria son necesarios para bajar la inflación?
Estas y otras preguntas siguen siendo materia de análisis y discusión política, porque se trata de política económica y economía política.
(*) Licenciada en Economía y profesora de la Universidad Nacional de La Matanza, provincia de Buenos Aires. Colaboradora La Nave de la Comunicación.