
Concepto de economía en la antigüedad
En la edad antigua no hubo un concepto claro de la economía, en el concepto de ciencia; lo único que se observa en algunas legislaciones, son tratados, que no responden a teorías sino a la solución de ciertos problemas de población, distribución de la riqueza o la producción; por lo tanto, sólo existen algunos tratados de filósofos, políticos o historiadores que bordean problemas económicos y sociales.
Es interesante, como dato ilustrativo, un ensayo de nacionalización de la tierra ocurrido quince siglos antes de Jesucristo, en Egipto, y que se debió a un esclavo, José (hijo de Jacob), que fue nombrado gobernador por el Faraón.
En Grecia, Sócrates es el primero que define a la economía como "El arte de administrar una casa"; además, dice que la riqueza debe buscarse en la práctica de la virtud más que en la acumulación de bienes.
Platón, en La República, expone un plan sobre la organización del Estado sobre las bases de la abolición de la propiedad privada.
Aristóteles, en La Política, define al valor de uso y lo diferencia • leí valor de cambio. Divide a la Economía Política en dos tipos: la administración doméstica y la que se refiere a la adquisición de riquezas y, a esta última, la denomina crematística; es interesante observar cómo Aristóteles considera a la guerra como el medio más natural para obtener bienes.
En Roma los hermanos Tiberio y Cayo Graco consiguen que el Senado apruebe la ley agraria por la cual no se permite la distribución entre el pueblo de las tierras públicas.
Columela preconiza el cultivo de la agricultura como única forma de la recuperación moral y material de la sociedad; es el primer escritor de su época que afirma que los bienes obtenidos por medio de la guerra son ilegítimos.
La Edad Media — Los escolásticos
La concepción moral del cristianismo influye en los conceptos filosóficos anteriores. El concepto de la Caridad, la igualdad ante Dios y el desprecio a los bienes materiales traen consecuencias que se reflejan en el pensamiento de los escolásticos.
Santo Tomás de Aquino en Suma Teológica, trata sobre: I) Salario Justo; 2) Precio Justo; 3) Interés.
1) Salario Justo: Considera que el salario debe ser tal que satisfaga las necesidades del trabajador y de su familia y pueda reservar algo para el futuro.
2) Precio Justo: Es aquel que deja satisfechos tanto al comprador como al vendedor.
3) Interés: Si bien el pensamiento de la época condenaba al interés, Santo Tomás de Aquino distingue el préstamo efectuado para fines productivos y para los cuales justifica el interés, de los préstamos para otros fines (subsistencia, etc.), en cuyo caso los condena.
Es interesante observar que Santo Tomás de Aquino discrepa con los canonistas y algunos escolásticos, ya defiende la propiedad privada tomando su filosofía un carácter individualista hasta entonces combatido por los que sostenían que la posesión común de los
bienes era el medio más deseable para licuar el cinismo y el afán de riquezas.
Otros autores de la época Oresmes('), que hablo sobro la moneda, y Tomás Moro, que en Utopía imagina un estado ideal, donde todo el mundo está obligado a trabajar seis horas diarias.
(1) Erudito precursor de Copérnico en astronomía. y de Descartes en geometría, esbozó la idea que después iba a ampliar Gregham según la cual cuando circulan conjuntamente dos monedas, una buena y una mata, la última desplaza a la buena del mercado, pues la buena moneda se atesora.
Escuelas económicas
Santo Tomás de Aquino en Suma Teológica, trata sobre: I) Salario Justo; 2) Precio Justo; 3) Interés.
1) Salario Justo: Considera que el salario debe ser tal que satisfaga las necesidades del trabajador y de su familia y pueda reservar algo para el futuro.
2) Precio Justo: Es aquel que deja satisfechos tanto al comprador como al vendedor.
3) Interés: Si bien el pensamiento de la época condenaba al interés, Santo Tomás de Aquino distingue el préstamo efectuado para fines productivos y para los cuales justifica el interés, de los préstamos para otros fines (subsistencia, etc.), en cuyo caso los condena.
Es interesante observar que Santo Tomás de Aquino discrepa con los canonistas y algunos escolásticos, ya defiende la propiedad privada tomando su filosofía un carácter individualista hasta entonces combatido por los que sostenían que la posesión común de los
bienes era el medio más deseable para licuar el cinismo y el afán de riquezas.
Otros autores de la época Oresmes('), que hablo sobro la moneda, y Tomás Moro, que en Utopía imagina un estado ideal, donde todo el mundo está obligado a trabajar seis horas diarias.
(1) Erudito precursor de Copérnico en astronomía. y de Descartes en geometría, esbozó la idea que después iba a ampliar Gregham según la cual cuando circulan conjuntamente dos monedas, una buena y una mata, la última desplaza a la buena del mercado, pues la buena moneda se atesora.
Escuelas económicas
La primera escuela que aplicó normas de política económica fue la escuela mercantilista.
Esta escuela, que abarcó los siglos XI y XII, fundamentaba su política en que el acumulamiento de metales preciosos (oro y plata) era la base de la riqueza nacional.
En España, esta política se llamó bullonismo y consistió, simplemente, en atesorar el oro que venía de las colonias; esta errónea interpretación del mercantilismo trajo como consecuencia la decadencia de España.
En Francia, esta política fue orientada por el Ministro Colbert hacia un industrialismo; se crearon industrias de lujo, tapices, porcelanas y encajes destinados a la exportación; la balanza del comercio favorable era la fuente que surtía de oro las arcas estatales.
El mercantilismo tomó en Inglaterra, el nombre de comercialismo y tuvo un exponente en el acta de navegación de Cromwell, fuente que originó la marina británica, destinada en un principio a compartir la hegemonía de Holanda en los mares; fue la piedra fundamental de la industria naviera y del poderío naval inglés; Inglaterra conseguía el oro mediante el pago de fletes y el traslado de mercaderías. Tres naciones, tres políticas y tres consecuencias. ¿Se puede decir que el mercantilismo es malo? Un español diría sí; un francés, no; y un inglés, extraordinario. Esta escuela no la podemos llamar económica; no estudió ni trató de deducir leyes, sólo aplicó medidas políticas con el fin de conseguir sus alcances.
La escuela mercantilista era una escuela en que el Estado debía intervenir para reglar la economía; no solamente en la metrópoli, sino que las medidas mercantilistas se extendían a las colonias y, como en el caso de España, las ahogaba en una asfixia económica.
La fisiocracia, como toda escuela de reacción; tuvo como fin principal devolver a la naturaleza el centro que había perdido durante la «'•pnru mercantilista
Los postulados fundamentaban:
1) La tierra era la creadora de riquezas, puesto que tenía la facultad de ser reproductora de bienes.
2) La existencia de un orden natural que reglaba sabiamente.
3) Un dejar hacer, dejar pasar; es decir, la no interferencia, a esas leyes naturales para romper el equilibrio que de ellas surgía.
La fisiocracia tuvo su principal exponente en Quesnay, ministro de Luis XIV, médico de la corle que comparó la circulación de la riqueza con la circulación de la sangre en el llamado "El Cuadro Económico"; dividía a la sociedad en tres categorías: a) La clase productora, formada por los terratenientes, la nobleza y el clero; b) La clase estéril, formada por los comerciantes e industriales; y, c) Una clase formada por los asalariados que no tenía ningún rol de importancia.
La fisiocracia tuvo su influencia en los países europeos, hasta el advenimiento de los clásicos.
Influencia del mercantilismo y la fisiocracia en las artes de la época
Toda corriente del pensamiento no fluye canalizada, sino que se expande a todas las otras ciencias y entes.
El mercantilismo, con su apego al dinero, creo un estilo especial en el moblaje, conocido por colonial, en el cual se caracterizan los arcones de madera oscura, con bisagras y cerraduras desproporcionadas por su tamaño.
También la pintura toma tintes oscuros y de ambientes cerrados, la luz penetra por pequeñas ventanas o ilumina parte de la figura, generalmente la cabeza, dejando el resto del cuadro en la oscuridad.
La poesía y el teatro exaltan los poderes del dinero y sus consecuencias; Quevedo no vacila en decir: "Poderoso caballero es don Dinero".
La fisiocracia como la define Gonnard, es el desquite de Ceres; es decir, que la naturaleza toma su revancha, la poesía se vuelve bucólica, las églogas se suceden unas a otras, se exalta la vida campestre, la pintura sale al exterior, se vuelve luminosa con escenas de la vida al aire libre, y ninfas danzando descalzas en el patio.
Boueher pinta pastores y pastoras; la reina de Francia, María Antonieta, manda construir en los alrededores del Petit Trianon una imitación, en miniatura, de una granja; y ella se disfraza de pastora, juntamente con la corte.
Los postulados fundamentaban:
1) La tierra era la creadora de riquezas, puesto que tenía la facultad de ser reproductora de bienes.
2) La existencia de un orden natural que reglaba sabiamente.
3) Un dejar hacer, dejar pasar; es decir, la no interferencia, a esas leyes naturales para romper el equilibrio que de ellas surgía.
La fisiocracia tuvo su principal exponente en Quesnay, ministro de Luis XIV, médico de la corle que comparó la circulación de la riqueza con la circulación de la sangre en el llamado "El Cuadro Económico"; dividía a la sociedad en tres categorías: a) La clase productora, formada por los terratenientes, la nobleza y el clero; b) La clase estéril, formada por los comerciantes e industriales; y, c) Una clase formada por los asalariados que no tenía ningún rol de importancia.
La fisiocracia tuvo su influencia en los países europeos, hasta el advenimiento de los clásicos.
Influencia del mercantilismo y la fisiocracia en las artes de la época
Toda corriente del pensamiento no fluye canalizada, sino que se expande a todas las otras ciencias y entes.
El mercantilismo, con su apego al dinero, creo un estilo especial en el moblaje, conocido por colonial, en el cual se caracterizan los arcones de madera oscura, con bisagras y cerraduras desproporcionadas por su tamaño.
También la pintura toma tintes oscuros y de ambientes cerrados, la luz penetra por pequeñas ventanas o ilumina parte de la figura, generalmente la cabeza, dejando el resto del cuadro en la oscuridad.
La poesía y el teatro exaltan los poderes del dinero y sus consecuencias; Quevedo no vacila en decir: "Poderoso caballero es don Dinero".
La fisiocracia como la define Gonnard, es el desquite de Ceres; es decir, que la naturaleza toma su revancha, la poesía se vuelve bucólica, las églogas se suceden unas a otras, se exalta la vida campestre, la pintura sale al exterior, se vuelve luminosa con escenas de la vida al aire libre, y ninfas danzando descalzas en el patio.
Boueher pinta pastores y pastoras; la reina de Francia, María Antonieta, manda construir en los alrededores del Petit Trianon una imitación, en miniatura, de una granja; y ella se disfraza de pastora, juntamente con la corte.
Los clásicos
El advenimiento de los clásicos, marca una etapa decisiva para el estudio de la economía; esta escuela se caracteriza por tres fundamentos básicos en su pensamiento:
1) Liberalismo. Este liberalismo es una consecuencia del dejar hacer, dejar pasar, de los fisiócratas.
Adam Smith, jefe de la escuela, en su Tratado acerca de las riquezas de las naciones, publicado a fines del 1700, dice que: "existe una mano invisible que regula..."; es decir, una nueva acepción del orden natural.
Esta libertad individual presupone una no intervención estatal; y significa que en el pensamiento clásico el estado tenía sólo un rol de gendarme n intervenía solamente cuando el orden interno o en peligro exterior lo hiciera necesario.
2) Individualismo. El individuo obrando libremente, busca su mayor bienestar y su progreso; el conjunto de individuos de una nación, obrando cada uno por su propio beneficio, impulsa el beneficio total del país.
3) División del trabajo. Ya sea en el orden nacional como en el internacionalismo, en el cual plantea el siguiente caso: si dos países tienen distinta producción, cada uno de ellos debe dedicarse exclusivamente a aquella producción que le es más favorable, e intercambiar los productos con otros países.
En este pensamiento se refleja el sistema liberal lo mismo que en el intercambio comercial, que no es partidario de las barreras y las trabas aduaneras; así como tampoco de favorecer la producción nací mal de aquellos productos que resultan antieconómicos. Además, otro de sus principios estaba basado en el Derecho de propiedad.
Los clásicos usaron el método deductivo; partían de premisas consideradas universalmente válidas.
Una de estas premisas fue la del hombre guiado en su ludia material por satisfacer necesidades (Homo Economicus).
Indudablemente que no todos los actos de los hombres son guiados exclusivamente por el egoísmo, ya que la humanidad esta formada por hombres cuyos móviles no son siempre de ese tipo; por ejemplo, hay filantropía, generosidad, altruismo, patriotismo.
La división del trabajo humano, según el ejemplo de los alfileres de Adam Smith:
Un obrero saca el hilo del carrete, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto le hace la punta, un quinto obrero lima el extremo, donde van a colocar la cabeza que ha sido sometida a tres operaciones distintas; luego la fijan, otros los blanquean y otros los colocan en el papel. Es decir, que en total había casi 18 operaciones distintas, realizadas por diez obreros que obtienen de esta manera 48.000 alfileres por hombre. En cambio si onda uno hubiera trabajado por su cuenta y sin adiestramiento no hubieran podido fabricar ni veinte en el mejor de los casos. Es decir, que gracias a la adecuada división del trabajo y a la adecuada combinación de las operaciones se obtiene dicho rendimiento.
Los clásicos, además, vieron el mundo económico desde el punto de vista del empresario y, por lo tanto no nos debe extrañar la falta de sentimientos humanos en algunas de sus concepciones.
Adam Smith, jefe de la escuela, en su Tratado acerca de las riquezas de las naciones, publicado a fines del 1700, dice que: "existe una mano invisible que regula..."; es decir, una nueva acepción del orden natural.
Esta libertad individual presupone una no intervención estatal; y significa que en el pensamiento clásico el estado tenía sólo un rol de gendarme n intervenía solamente cuando el orden interno o en peligro exterior lo hiciera necesario.
2) Individualismo. El individuo obrando libremente, busca su mayor bienestar y su progreso; el conjunto de individuos de una nación, obrando cada uno por su propio beneficio, impulsa el beneficio total del país.
3) División del trabajo. Ya sea en el orden nacional como en el internacionalismo, en el cual plantea el siguiente caso: si dos países tienen distinta producción, cada uno de ellos debe dedicarse exclusivamente a aquella producción que le es más favorable, e intercambiar los productos con otros países.
En este pensamiento se refleja el sistema liberal lo mismo que en el intercambio comercial, que no es partidario de las barreras y las trabas aduaneras; así como tampoco de favorecer la producción nací mal de aquellos productos que resultan antieconómicos. Además, otro de sus principios estaba basado en el Derecho de propiedad.
Los clásicos usaron el método deductivo; partían de premisas consideradas universalmente válidas.
Una de estas premisas fue la del hombre guiado en su ludia material por satisfacer necesidades (Homo Economicus).
Indudablemente que no todos los actos de los hombres son guiados exclusivamente por el egoísmo, ya que la humanidad esta formada por hombres cuyos móviles no son siempre de ese tipo; por ejemplo, hay filantropía, generosidad, altruismo, patriotismo.
La división del trabajo humano, según el ejemplo de los alfileres de Adam Smith:
Un obrero saca el hilo del carrete, otro lo endereza, un tercero lo va cortando en trozos iguales, un cuarto le hace la punta, un quinto obrero lima el extremo, donde van a colocar la cabeza que ha sido sometida a tres operaciones distintas; luego la fijan, otros los blanquean y otros los colocan en el papel. Es decir, que en total había casi 18 operaciones distintas, realizadas por diez obreros que obtienen de esta manera 48.000 alfileres por hombre. En cambio si onda uno hubiera trabajado por su cuenta y sin adiestramiento no hubieran podido fabricar ni veinte en el mejor de los casos. Es decir, que gracias a la adecuada división del trabajo y a la adecuada combinación de las operaciones se obtiene dicho rendimiento.
Los clásicos, además, vieron el mundo económico desde el punto de vista del empresario y, por lo tanto no nos debe extrañar la falta de sentimientos humanos en algunas de sus concepciones.
La teoría del valor para los clásicos
Para estudiar el valor los clásicos se dividieron y clasificaron dos valores: un valor de uso sobre el cual no profundizaron, y un valor de cambio que fue estudiado a fondo por David Ricardo, quien lo expresó en términos de horas trabajo incorporado; el valor de cambio era objetivo y estaba dado por los valores agregados al bien, y estos valores agregados se refieren al trabajo incorporado.
Los clásicos pesimistas
Los clásicos pesimistas
Adam Smith fue considerado un clásico optimista, ya que según sus teorías, la economía tendría un equilibrio, ya sea a corto o a largo plazo; pero surgieron dentro de los que siguieron esta escuela, dos economistas cuya visión del futuro no era tan halagüeña; estos dos economistas formaron la escuela de Manchester: R. Malthus y David Ricardo.
Malthus, elaboró una teoría sobre la población, tomando como base de sus estudios los cursos que había recogido Benjamín Franklin en Estados Unidos y estudiando, conjuntamente, la teoría de los rendimientos, descendiente de la teoría formada por David Ricardo, llegó a conclusiones pesimistas con respecto a la alimentación del futuro.
Como ya definimos, Ricardo corroboró esta teoría cuando señaló los rendimientos decrecientes de la tierra.
La teoría clásica contempla la economía desde el punto de vista del oferente, es decir, desde un punto de vista empresario. Persiguen las diversas formas del equilibrio económico al que se puede llegar a corto o largo plazo.
El salario juega como una mercancía más, que fluctúa de acuerdo a la oferta y a la demanda de trabajo y, como Adam Smith, el equilibrio se produce a largo plazo, del mismo modo que el equilibrio de la población.
Ejemplo: Si durante una generación existe mano de obra excesiva, el trabajador retrasará su casamiento y limitará el número de sus hijos, por lo tanto, en la generación siguiente habrá poca mano de obra, en consecuencia, los salarios subirán; al subir los salarios sucederá el ciclo inverso y en la próxima generación habrá un exceso de mano de obra que, naturalmente, hará bajar el salario.
El individualismo clásico y el romanticismo
La exaltación del individuo trasciende en el arte de la época. La literatura comienza a describir estados personales que llevan a una exaltación del "ego"; ya no describen hechos ocurridos a terceros, no se cantan loas a hazañas guerreras, sino que se manifiestan los sentimientos individuales, a tal punto, que se vuelve de un problema universal a un problema particular.
La música también refleja esa influencia, y las composiciones son manifestaciones externas de una situación anímica; compositores corno Chopin, Schumann, son indudablemente expresiones relevantes del romanticismo en la música, y Goethe es la figura excepcional en las letras, como expresión de individualismo.
La música también refleja esa influencia, y las composiciones son manifestaciones externas de una situación anímica; compositores corno Chopin, Schumann, son indudablemente expresiones relevantes del romanticismo en la música, y Goethe es la figura excepcional en las letras, como expresión de individualismo.
Las críticas a la escuela clásica
El individuo, a medida que gana en libertad, pierde en seguridad. Es indudable que la libertad pregonada por los clásicos dejará campo libre a algo así como la "ley de la selva" en la que los más fuertes terminan por someter a los más débiles. La diferencia estriba en que los más fuertes en este mundo clásico no eran aquellos cuyos músculos eran los más potentes, ni los dientes los más filosos.
Los fuertes eran os "más aptos", es decir, aquellos hombres un poco más capaces, un poco más emprendedores (empresarios), más audaces, que la generalidad. En la libertad clásica, un hombre podía llegar a ser un Henry Ford o un mendigo. Todo dependía de sus esfuerzos, indudablemente que la gran mayoría no estaba dispuesta a esta lucha (Titánica, en la que el triunfo es inseguro, mientras que el fracaso es casi general.
El individuo masa quiere seguridad; nada de aventura*, nada de experiencias; él necesita que lo embarquen en un tren, que lo lleven, y que al final de su vida de trabajo le aseguren que no terminará durmiendo bajo un puente. El individuo masa está dispuesto a enajenar parte de su libertad por su seguridad, es en el fondo una entrega, no dolorosa, ya que él necesita esa libertad; por el contrario, es una carga de la que se libera gustoso a cambio de su tranquilidad.
La libertad presupone decisiones, alternativas, dudas, tropiezos. El no se siente con fuerzas para avanzar por este camino abrupto cuyo fin desconoce.
La mentalidad "masa" se da en todas las categorías sociales; un abogado que se fosiliza en un puesto burocrático, es masa, en tanto que el obrero que se perfecciona en horas robadas a un descanso, no lo es.
En busca de esa seguridad, hoy en día el hombre está enredado en su propia red. Si existe algún "emprendedor" y quiere independizarse montando un taller en su casa, en seguida vienen los "cuidadores", representados por los inspectores, y lo abruman de cuidados; es decir, le preguntan si tiene ventilación necesaria, si la ventana tiene; las medidas exigidas, si el piso es aislado, si el baño está conforme a la ordenanza, si cumple con las ocho horas reglamentarias; y, al final, abruman al emprendedor que prefiere seguir el tren con los demás.
El individuo masa quiere seguridad; nada de aventura*, nada de experiencias; él necesita que lo embarquen en un tren, que lo lleven, y que al final de su vida de trabajo le aseguren que no terminará durmiendo bajo un puente. El individuo masa está dispuesto a enajenar parte de su libertad por su seguridad, es en el fondo una entrega, no dolorosa, ya que él necesita esa libertad; por el contrario, es una carga de la que se libera gustoso a cambio de su tranquilidad.
La libertad presupone decisiones, alternativas, dudas, tropiezos. El no se siente con fuerzas para avanzar por este camino abrupto cuyo fin desconoce.
La mentalidad "masa" se da en todas las categorías sociales; un abogado que se fosiliza en un puesto burocrático, es masa, en tanto que el obrero que se perfecciona en horas robadas a un descanso, no lo es.
En busca de esa seguridad, hoy en día el hombre está enredado en su propia red. Si existe algún "emprendedor" y quiere independizarse montando un taller en su casa, en seguida vienen los "cuidadores", representados por los inspectores, y lo abruman de cuidados; es decir, le preguntan si tiene ventilación necesaria, si la ventana tiene; las medidas exigidas, si el piso es aislado, si el baño está conforme a la ordenanza, si cumple con las ocho horas reglamentarias; y, al final, abruman al emprendedor que prefiere seguir el tren con los demás.
La revolución industrial
La revolución industrial surge con la incorporación del telar mecánico en Inglaterra, inventado por Arkwright; esta revolución cambió totalmente las bases del sistema económico y sus consecuencias pueden dividirse en dos: a corto y a largo plazo.
Consecuencias a corto plazo: La revolución industrial crea el trabajo; para comprender esto es necesario situarse en la época anterior a ella.
El trabajo artesanal estaba monopolizado por los gremios; para poder llegar a ser maestro se debía pasar por un largo aprendizaje y, finalmente, por una última prueba llamada "obra maestra", cuya aprobación quedaba a criterio de los maestros. Por lo tanto, la introducción de las máquinas permitió que la gente no especializada pudiera trabajar en actividades hasta ese momento monopolizadas por los artesanos.
No olvidemos que, contemporáneamente, existía en cada parroquia una lista de pobres que vivían de la caridad pública.
El trabajador de campo era un siervo del señor feudal, al que debía pagarle en especie.
El trabajo artesanal estaba monopolizado por los gremios; para poder llegar a ser maestro se debía pasar por un largo aprendizaje y, finalmente, por una última prueba llamada "obra maestra", cuya aprobación quedaba a criterio de los maestros. Por lo tanto, la introducción de las máquinas permitió que la gente no especializada pudiera trabajar en actividades hasta ese momento monopolizadas por los artesanos.
No olvidemos que, contemporáneamente, existía en cada parroquia una lista de pobres que vivían de la caridad pública.
El trabajador de campo era un siervo del señor feudal, al que debía pagarle en especie.
Urbanismo La población de la campaña se vuelca a las ciudades atraída por los mayores salarios y se forman los grandes centros urbanos.
El fenómeno del urbanismo mostró a los ojos de los economistas y sociólogos, la pobreza que ya existía, sólo que estaba desparramada a lo largo del país y que de pronto se agolpó en los alrededores de Londres atraída por los salarios de la industria. Volviendo a nuestros días, las villas miseria que bordean nuestras ciudades, no han sido creadas por las condiciones actuales, ya que el grado de pobreza existía, sólo que ahora, reunidos y a los ojos de la gran ciudad, despiertan el interés que antes no despertaban.
El fenómeno del urbanismo mostró a los ojos de los economistas y sociólogos, la pobreza que ya existía, sólo que estaba desparramada a lo largo del país y que de pronto se agolpó en los alrededores de Londres atraída por los salarios de la industria. Volviendo a nuestros días, las villas miseria que bordean nuestras ciudades, no han sido creadas por las condiciones actuales, ya que el grado de pobreza existía, sólo que ahora, reunidos y a los ojos de la gran ciudad, despiertan el interés que antes no despertaban.
Consecuencias a largo plazo
1) Cambio del sistema económico, significa que si bien antes la demanda precedía a la oferta (producción por encargo), a partir de la evolución industrial, la oferta precede a la demanda (primero se fabrican los bienes y luego se crean las necesidades).
2) La producción en cantidad produjo a la larga una desocupación.
3) Creó la clase empresaria o capitalista; la máquina es más cara que la herramienta y, por lo tanto, debían unirse, para la compra de una máquina.
4) Creó la clase asalariada
Discusión acerca de la clase empresaria
¿Quiénes fueron los primeros empresarios." primeros empresarios no fueron ni los nobles ni los terratenientes, pero si los comerciantes que habían tenido dinero acumulado o bien banqueros; por otra parte, también pueden haber sido empresarios aquellos asalariados más aptos en una época en que el éxito estaba del lado del más capaz.
Richard Arkwright, aprendiz de peluquero murió en 1792 y dejó una herencia de 500.000 libras. Fue el inventor del telar mecánico.
Richard Arkwright, aprendiz de peluquero murió en 1792 y dejó una herencia de 500.000 libras. Fue el inventor del telar mecánico.
La revolución industrial y la miseria
Es indudable que la revolución industrial trajo, como consecuencia, el traslado de todos los que vivían en nivel de subsistencia a las ciudades, con el fin de mejorar el salario.
No olvidemos que en la plena época de la revolución industrial se mostró con crudeza a las ciudades a esos pobres que antes dispersos, ahora se aglutinaban en los alrededores de la ciudad formando un cordón de miseria.
Trasladándonos a nuestra época, no podemos decir que la industrialización del país trajo las villas miseria, sino que esos mismos individuos ya existían al nivel de subsistencia, sólo que estaban dispersos en la vastedad del territorio.
La escuela hedonística austriaca
Llamada también neoclásica; esta escuela que nace en Austria es la primera que observa la economía desde el punto de vista del consumidor.
No olvidemos que la escuela clásica tomaba sus posiciones desde el punto de vista empresario.
Menger y Grossen son los primeros en estudiar la utilidad marginal y determinan que el valor de los bienes está dado por la utilidad marginal del mismo, o sea la utilidad de la última unidad disponible.
En el caso en que los bienes sean superabundantes (aire, agua), la utilidad marginal es cero y por lo tanto no tienen valor, ejemplo: los cubos de agua.
Si hubiera un solo cubo de agua, el valor estimado sería dado por la utilidad de esa sola unidad; es decir, que si se necesitara ira beber, a medida que se fuera disponiendo de cubos adicionales la utilidad marginal iría descendiendo y puede llegar a ser negativa.
Esto significa que para los bienes superabundantes, tales como el agua y el aire, la utilidad marginal es cero ya que no existe una última porción. Si se tratase de aire en un submarino que está limitado, indudablemente, el aire tendrá utilidad marginal. La utilidad es decreciente y Grossen determina dos teoremas sobre la utilidad; en el primer teorema, dice: "que la nulidad va decreciendo a medida que se va satisfaciendo una necesidad"; y en el segundo teorema dice: "que cuando los intervalos entre una satisfacción y otra son mayores, la utilidad inicial también será mayor".
No olvidemos que la escuela clásica tomaba sus posiciones desde el punto de vista empresario.
Menger y Grossen son los primeros en estudiar la utilidad marginal y determinan que el valor de los bienes está dado por la utilidad marginal del mismo, o sea la utilidad de la última unidad disponible.
En el caso en que los bienes sean superabundantes (aire, agua), la utilidad marginal es cero y por lo tanto no tienen valor, ejemplo: los cubos de agua.
Si hubiera un solo cubo de agua, el valor estimado sería dado por la utilidad de esa sola unidad; es decir, que si se necesitara ira beber, a medida que se fuera disponiendo de cubos adicionales la utilidad marginal iría descendiendo y puede llegar a ser negativa.
Esto significa que para los bienes superabundantes, tales como el agua y el aire, la utilidad marginal es cero ya que no existe una última porción. Si se tratase de aire en un submarino que está limitado, indudablemente, el aire tendrá utilidad marginal. La utilidad es decreciente y Grossen determina dos teoremas sobre la utilidad; en el primer teorema, dice: "que la nulidad va decreciendo a medida que se va satisfaciendo una necesidad"; y en el segundo teorema dice: "que cuando los intervalos entre una satisfacción y otra son mayores, la utilidad inicial también será mayor".
Escuelas socialistas
En un principio podemos dividir a las escuelas socialistas en socialistas utópicas y socialistas científicas. A las primeras pertenecen todos aquellos escritores que se limitaron a describir sociedades ideales, tales como la Utopía de Tomás Moro, la Ciudad del So/, de Campanella o Los Falansterios, de Fourrier.
El socialismo científico, denominado así por los mismos expositores, trae un aporte a la ciencia económica en dos puntos principales :
1°) Adoptan un método dialéctico denominado materialismo histórico, en el cual expresan que la historia está determinada por acontecimientos que tienen como base un proceso económico.El socialismo científico, denominado así por los mismos expositores, trae un aporte a la ciencia económica en dos puntos principales :
Crítica al materialismo histórico: Si bien en el curso de la historia se ha podido observar que muchos acontecimientos estaban influidos por un malestar económico anterior (vgr. la Revolución Francesa, la emancipación de las colonias del Río de la Plata, etc.), no se puede negar que existen también los actos altruistas, de generosidad, de honor de ideales, que también pueden ocasionar acontecimientos históricos.
2º) La teoría de la Plusvalía: Carlos Marx toma la teoría ricardiana del valor y sostiene que si bien el valor de las cosas está dado por el trabajo socialmente incorporado existe una parle de ese valor que no llega a manos del obrero; esta diferencia entre el valor agregado y lo realmente percibido por el asalariado es lo que él llama plusvalía y es la que le asigna el papel de formadora de capital.
Las críticas a la teoría de la plusvalía fueron hechas tomando en consideración que el empresario debe cobrar un interés por el riesgo y por el uso de los bienes instrumentales.
Reacción nacionalista
En Alemania, Federico List fue el adversario más violento quo tuvieron los clásicos; en una frase de su libro dice: "Hay que terminar con el individualismo desorganizado"; la idea de la nación es superior a la idea del individuo y éste debe estar sometido a los fines del estado.
Los historicistas, o sea, la escuela alemana, rechazan el método deductivo y lo sustituyen por el estudio de los hechos históricos, y la observación de los mismos toman las tendencias que sustituyen a las leyes de los clásicos.
Crítica a los sistemas económicos estatistas
Las dos corrientes del pensamiento económico que claman por una intervención estatal tienen como origen común el método histórico. Las escuelas marxistas lo aplican para explicar el materialismo histórico, en tanto los nacionalistas (descendientes directos del pensamiento de List) lo aplican en su revisionismo.
Ambas corrientes centralizan el poder en el Estado, unos para bien de la sociedad (socialistas) y los otros para el bien de la nación (nacionalistas). El individuo debe en aras de esos dos ideales sacrificar part.e de su libertad.
El Estado no puede gobernar sino por intermedio de hombres (teoría organicista). Por lo tanto, el o los que asumen las funciones de estado, tienen poderes omnipotentes con respecto a los demás ciudadanos. Mientras el hombre sea humano, con todas las virtudes y los defectos propios de su condición humana, no podrá evadirse de los sentimientos de amor, amistad, odio, simpatía, miedo, ira, etc. Si estos hombres son los encargados de la distribución equitativa de los bienes y tienen el monopolio de su otorgamiento, sólo podrán ser efectivos cuando lleguen a operar como robots. El hombre sin sentimientos, sin familia, sin amigos y sin enemigos, es el único que podría ser completamente objetivo y eficaz. Es decir, que cuando el Estado sea una máquina electrónica en uno de cuyos buzones se coloquen las fichas perforadas con la actividad de cada ciudadano y por otra ranura, automáticamente, salga el estipendio justo, recién funcionaría en la forma en que imaginaron sus pensadores el estado ideal. Es curioso ver cómo estas dos tendencias, aparentemente opuestas (derecha e izquierda), tienen un origen común y un fin también común; acabar con el individualismo desordenado y egoísta; y, en su lugar, colocar al Estado como un coloso Moloch.
Esto demuestra que en el pensamiento económico los extremos se tocan; y, no olvidemos, que cada pensador puede hacer ver cualquier hecho a la luz que lo enfoque; ilustrativo es el caso de la teoría ricardiana del valor, formulada por un "burgués capitalista" para justificar el costo de producción, que luego retomada por Marx y con el mismo procedimiento, saca como consecuencia la teoria de la plusvalía, que es el arma que utilizará en sus argumentaciones para pronosticar el triunfo del proletariado.
Ambas corrientes centralizan el poder en el Estado, unos para bien de la sociedad (socialistas) y los otros para el bien de la nación (nacionalistas). El individuo debe en aras de esos dos ideales sacrificar part.e de su libertad.
El Estado no puede gobernar sino por intermedio de hombres (teoría organicista). Por lo tanto, el o los que asumen las funciones de estado, tienen poderes omnipotentes con respecto a los demás ciudadanos. Mientras el hombre sea humano, con todas las virtudes y los defectos propios de su condición humana, no podrá evadirse de los sentimientos de amor, amistad, odio, simpatía, miedo, ira, etc. Si estos hombres son los encargados de la distribución equitativa de los bienes y tienen el monopolio de su otorgamiento, sólo podrán ser efectivos cuando lleguen a operar como robots. El hombre sin sentimientos, sin familia, sin amigos y sin enemigos, es el único que podría ser completamente objetivo y eficaz. Es decir, que cuando el Estado sea una máquina electrónica en uno de cuyos buzones se coloquen las fichas perforadas con la actividad de cada ciudadano y por otra ranura, automáticamente, salga el estipendio justo, recién funcionaría en la forma en que imaginaron sus pensadores el estado ideal. Es curioso ver cómo estas dos tendencias, aparentemente opuestas (derecha e izquierda), tienen un origen común y un fin también común; acabar con el individualismo desordenado y egoísta; y, en su lugar, colocar al Estado como un coloso Moloch.
Esto demuestra que en el pensamiento económico los extremos se tocan; y, no olvidemos, que cada pensador puede hacer ver cualquier hecho a la luz que lo enfoque; ilustrativo es el caso de la teoría ricardiana del valor, formulada por un "burgués capitalista" para justificar el costo de producción, que luego retomada por Marx y con el mismo procedimiento, saca como consecuencia la teoria de la plusvalía, que es el arma que utilizará en sus argumentaciones para pronosticar el triunfo del proletariado.
Las encíclicas papales
La Iglesia no podía estar ajena a los problemas que se suscitan entre el capital y el trabajo, y es así que en el año 1890 el Papa León XIII dicta la encíclica Rerum Novarum (de las cosas nuevas) y trata de solucionar los problemas existentes desde el punto de vista de la religión católica; insiste sobre el salario justo; expone y analiza las ideas, sobre el trabajo que no debe ser tratado romo una mercancía, refiriéndose a la teoría clásica que lo regula por la ley de la oferta y la demanda.
Posteriormente, Pío XI dicta la encíclica Quadragessimo Annio en ocasión de cumplirse los cuarenta años de Rerum Novarum; en esta encíclica se tratan los problemas referentes a la intervención del Estado en la economía y si bien la apoya como dique de contención a los abusos de la clase adinerada, puntualiza que esta intervención no debe ir más allá de los límites convenientes, con el fin de que no absorba al individuo para transformarlo en un tornillo más de su monumental maquinaria; esto iba dirigido a las tendencias totalitarias que se vislumbraban en esos años (1930).
En 1962 una nueva es dictada por Juan XXlll, denominada Mater et Magistra, en la que se reafirman anteriores conceptos sobre el salario y la propiedad privada, y se encaran los problemas que surgen de la socialización creciente en el mundo. Posteriormente, hace referencia al desarrollo económico y en uno de sus párrafos dice: "La riqueza económica de un pueblo no consiste solamente en la abundancia de bienes materiales sino también en la distribución de los mismos, y, más aún en la distribución real y eficaz según justicia, para garantía del desarrollo personal de los miembros de la sociedad que es la verdadera finalidad de la economía nacional".
En 1967 el Papa Pablo VI dicta la carta encíclica Populorum Progressio, sobre el desarrollo de los pueblos. En ella reconoce Pablo VI el abismo existente entre los países desarrollados y los sub-desarrollados; los efectos del colonialismo por parte de las grandes potencias y la necesidad de acudir en ayuda de esos pueblos empobrecidos que asisten al espectáculo un tanto deslumbrante de la moderna sociedad de consumo, instaurada por la revolución tecnológica, asegurando en su mensaje: "En este desarrollo la tentación se hace tan violenta, que amenaza arrastrar hacia los mesianismos prometedores, pero forjadores de ilusiones. ¿Quién no ve los peligros que hay en ello, de reacciones populares violentas, de agitaciones insurreccionales y de deslizamientos hacia las ideologías totalitarias?".
Posteriormente, Pío XI dicta la encíclica Quadragessimo Annio en ocasión de cumplirse los cuarenta años de Rerum Novarum; en esta encíclica se tratan los problemas referentes a la intervención del Estado en la economía y si bien la apoya como dique de contención a los abusos de la clase adinerada, puntualiza que esta intervención no debe ir más allá de los límites convenientes, con el fin de que no absorba al individuo para transformarlo en un tornillo más de su monumental maquinaria; esto iba dirigido a las tendencias totalitarias que se vislumbraban en esos años (1930).
En 1962 una nueva es dictada por Juan XXlll, denominada Mater et Magistra, en la que se reafirman anteriores conceptos sobre el salario y la propiedad privada, y se encaran los problemas que surgen de la socialización creciente en el mundo. Posteriormente, hace referencia al desarrollo económico y en uno de sus párrafos dice: "La riqueza económica de un pueblo no consiste solamente en la abundancia de bienes materiales sino también en la distribución de los mismos, y, más aún en la distribución real y eficaz según justicia, para garantía del desarrollo personal de los miembros de la sociedad que es la verdadera finalidad de la economía nacional".
En 1967 el Papa Pablo VI dicta la carta encíclica Populorum Progressio, sobre el desarrollo de los pueblos. En ella reconoce Pablo VI el abismo existente entre los países desarrollados y los sub-desarrollados; los efectos del colonialismo por parte de las grandes potencias y la necesidad de acudir en ayuda de esos pueblos empobrecidos que asisten al espectáculo un tanto deslumbrante de la moderna sociedad de consumo, instaurada por la revolución tecnológica, asegurando en su mensaje: "En este desarrollo la tentación se hace tan violenta, que amenaza arrastrar hacia los mesianismos prometedores, pero forjadores de ilusiones. ¿Quién no ve los peligros que hay en ello, de reacciones populares violentas, de agitaciones insurreccionales y de deslizamientos hacia las ideologías totalitarias?".
Las escuelas matemáticas de Páreto, Walras, Marshall
Estas escuelas incorporaron al estudio de la economía la noción de función: la demanda es función del precio. Trataron de medir la utilidad marginal en base al análisis matemático, e introdujeron la noción del tiempo. El análisis a corto y a largo plazo. La economía con anterioridad a la aparición de estas escuelas, era estática y mostraba el fenómeno aislado, los matemáticos dinamizaron los fenómenos y los relacionaron entre sí.
Las escuelas matemáticas de la economía del bienestar
Marshall y Pigou se caracterizan por encontrar una situación conciliatoria entre los clásicos y los socialistas.
La economía debía tender a un bienestar general y esto se lograba con el aumento de la producción y un aumento del ingraso total, diciendo que no sólo debía aumentarse el ingreso, sino que debía ser mejor distribuido.
La Curva de Pareto
La curva paretiana de la renta nos demuestra que existe un punto M que nos señala el ingreso más frecuente entre la población.
En este caso $ 10.000,—, y que a partir de este punto la curva comienza a decrecer hasta casi tocar la abscisa en cifras muy altas de ingreso.
Pareto quiso demostrar que el ingreso no está equitativamente distribuido, ya que este máximo de la curva nos dice que la mayor parte de la población tiene un ingreso relativamente bajo, y que a partir de ese punto, es decir, cuando los ingresos son mayores, la cantidad de personas comienza a decrecer en forma acelerada, de modo tal que los ingresos muy altos son disfrutados por un número muy limitado de personas.
La macroeconomía
A partir de la teoría de Keynes, la economía se volcó al estudio de las grandes cifras: el ingreso nacional, la demanda global, etc.
Esto significó un abandono del individualismo de los clásicos y el estado tomó el lugar preponderante en la conducción de la política económica. El dirigismo estatal tendiente a la ocupación total do los recursos y al incremento de ingreso nacional fueron las principales con secuencias. Esto también se reflejó en el arte abstracto, la pintura no figurativa, la literatura de Kafka despersonalizando a sus personajes (a tal punto que el héroe de su obra El Proceso no licuó apellido, se llama simplemente José K.), no es más que oí proceso del abandono del romanticismo; el individuo se desdibuja para convertirse en una partícula más en el engranaje de la gran máquina
La música ya no es el reflejo de los estados de ánimo, sin una combinación de sonidos no armónicos, o sea la diferencia que media entre Chopín y un Bartok.
Teoría keynesiana
Lord Keynes fue un economista do nuestro siglo, clásico en su primera época: la observación de los hechos, sobro todo las consecuencias de la crisis de 1930 que le tocó vivir, modifican su primitivo pensamiento y discrepó con la escuela clásica en lo referente a la ocupación pues el pensamiento clásico determinaba que Ia oferta creaba su propia demanda y que la desocupación se producía porque el nivel de salarios bajaba hasta un punto que resultaba lulerior al nivel de subsistencia; por lo tanto, el asalariado so nogal m u Inibnjar. Keynes observó que la crisis de 1930 tenía distintas euraelerfstlcas y que la desocupación se producía por la acumulación de los xtortm en las fábricas (las clásicos decían eme la oferta oreaba su propia demanda), es decir, que había una insuficiencia de demanda y, por lo tanto, las empresas comenzaban a despedir obreros: los obreros despedidos disminúan sus consumos y, entonces, eomon/iilmu a acumularse stocks en otras ramas de la industria, las (pie a su ve/ doupodían obreros y de esa forma se precipitaba la desocupación. Keynes comprendió que para salir de esa situación era necesario promover i u versiones: si seguimos el hilo de su pensamiento, tendremos que partir do osla base: el individuo que recibe el ingreso lo lúa do la sigujpnle manera: una parte en consumo y el rosto es ahorro.
Y = C 4- AIngreso = Consumo Ahorro ¡ 'fi
Si el individuo consume todo lo que ingresa, el ahorro es cero y a medida que consume menos el ahorro es mayor; si el ahorro no está destinado a la inversión y el individuo lo atesora (preferencia a la liquidez), no se generan nuevas fuentes de trabajo y por lo tanto ese ahorro es improductivo.
Cuando el individuo no invierte el Estado es el que debe hacerlo, aunque tenga que crear trabajo; por ejemplo: hacer un monumento o un camino, sacará al país de la inercia y el nuevo empleado comenzará a tener ingresos y de esos ingresos una parte irá al consumo y la otra al ahorro.
El consumo generará nuevos consumos en otra etapa de la industria; y, así, sucesivamente.
A su vez cada uno de los nuevos empleados ahorrará una parte de sus ingresos; al final de las sucesivas etapas, el total de lo ahorrado será igual a la inversión.
Los estructuralistas
Esta escuela cuyo origen se remonta a la escuela historicista y las elaboraciones de Carlos Marx, ha tenido en Oiken, Wageman (1937), Akerman sus renovadores. El pensamiento está orientado a rebatir la teoría clásica tradicional en lo concerniente a la universalidad de sus premisas sin tener en cuenta el tiempo y el lugar. Atacan al método deductivo y al hombre económico: ser intemporal y sin ubicación espacial cuyas reacciones se toman como universales para formular las leyes económicas que caracterizan a esta escuela. Se propone la observación de la realidad y el comportamiento del hombre en las circunstancias en que le toca actuar. Posteriormente en Francia F. Pe-rroux (1939), J. Lhomme, y Andre Marchal (1955) hicieron importantes contribuciones y rebatieron la clásica noción del corto y largo plazo del tiempo sustituyéndolos por la reacción instantánea y la toma de conciencia. Tiempo éste que se mide por el grado de cul-turación, ya que el tiempo que demande la toma de conciencia es indirectamente proporcional al grado de cultura de la sociedad.
Escuela monetarista
La Escuela monetarista o monetarismo es una teoría macroeconómica que se ocupa de analizar la oferta monetaria. Aunque el monetarismo se identifica con una determinada interpretación de la forma en que la oferta de dinero afecta a otras variables como los precios, la producción y el empleo, existen, de hecho, varias escuelas de pensamiento que podrían definirse como `monetaristas'. También están de acuerdo en la creencia de que la oferta monetaria es un elemento esencial para explicar la determinación del nivel general de precios. Lo que aceptan es la idea de que la política monetaria puede tener efectos a corto plazo sobre la producción, así como otros temas de menor relevancia, como puede ser la definición de oferta monetaria. Por otra parte, si los monetaristas se limitaran a afirmar que existe una relación proporcional entre la oferta monetaria y el nivel general de precios a largo plazo, la mayoría de los economistas aceptarían esta idea, siempre que el periodo a largo plazo sea lo bastante prolongado y otras variables —como el tipo de instituciones financieras existentes— se mantuvieran constantes.
Macroeconomía
a macroeconomía es el estudio global de la economía en términos del monto total de bienes y servicios producidos, el total de los ingresos, el nivel de empleo, de recursos productivos, y el comportamiento general de los precios. La macroeconomía puede ser utilizada para analizar cual es la mejor manera de influir en objetivos políticos como por ejemplo hacer crecer la economía, estabilidad de precios, trabajo y la obtención de una sustentable balanza de pagos. La macroeconomía por ejemplo, se enfoca en los fenómenos que afectan las variables indicadoras del nivel de vida de una sociedad.
Neoliberalismo.
Consenso de Washington
Se entiende por Consenso de Washington un listado de políticas económicas consideradas durante los años 1990 por los organismos financieros internacionales y centros económicos con sede en Washington DC, Estados Unidos, como el mejor programa económico que los países latinoamericanos debían aplicar para impulsar el crecimiento. A lo largo de la década el listado y sus fundamentos económicos e ideológicos, tomaron la característica de un programa general.
Desarrollo económico: del Consenso al Post-Consenso de Washington y más allá
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